domingo, 16 de marzo de 2014

2º ESO: SEPULCRO DE DON JUAN DE AUSTRIA

EL SEPULCRO DE DON JUAN DE AUSTRIA 
Monasterio del Escorial





                          
Llaman la atención sus manos y cabeza, engolados puños y cuello, talladas tan sutilmente que pareciesen de carne y hueso. La cabeza de Juan de Austria reposa sobre unos almohadones que desmienten su naturaleza pétrea. Su rostro, joven, sereno, proporcionado, enmarcado por largos y ondulados cabellos. Las manos, elegantes, pobladas de distintos anillos —hasta dieciséis— que nos anuncian las damas que cautivó, sobre la espada que le valió fama universal y que invoca simbólicamente, en sus distintas partes, las cuatro virtudes cardinales (el pomo, la fuerza; el puño, la prudencia; el áliger o guarnición, la templanza, y la hoja, la justicia). Una espada, copia de la original que se conserva en la Real Armería de Madrid, con gavilanes rectos, formando una cruz sobre el pecho de Don Juan, protegido a su vez por un peto sobre el que descansa el Toisón de Oro, y cruzado por una banda que nos habla de su grado de Capitán General de las Fuerzas Reales.
El resto del cuerpo está cubierto por una armadura, réplica de la más hermosa
que luciese el emperador Carlos, fechada en 1525, obra del famoso orfebre ausburgués Colman Helmschmid (1471-1532), y que hoy puede contemplarse en la Real Armería. Hombreras y bufa4 bellamente adornadas; guardabrazos, codales, escarcelas5, quijotes, grebones y escarpes visten hasta los pies al guerrero muerto. Los guanteletes, a ambos lados de Don Juan, informan que murió de forma natural y no en combate. A sus pies, un león vela su sueño eterno.

El sepulcro de Juan de Austria se inscribe en el marco de una antigua tradición funeraria que se remonta varios siglos atrás. Una tradición cristiana fuertemente vinculada a la representación del difunto, con una acotada variedad de elementos y símbolos, que asume algunas influencias exteriores y que involucra a distintos artistas en un vasto período de tiempo.

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